INTRODUCCIÓN



En el momento en el que el ser humano es capaz de resolver situaciones problemáticas, lleva a la práctica lo que ha aprendido en la academia a otros contextos y tienen autonomía en su propio aprendizaje, se puede decir que es un ser competente. Las competencias se revelan gradualmente y se adquieren de forma diferente según el contexto y el aprendizaje, en consecuencia, es necesario que la formación del ser humano se centre y oriente en el desarrollo de destrezas y habilidades que sean útiles para desempeñarse de manera autónoma en la vida cotidiana.

Este conjunto de destrezas y habilidades se promueven en diferentes áreas del conocimiento que son elementales para el desarrollo integral del individuo. Un aspecto fundamental es el uso adecuado, coherente y estético del discurso escrito que deviene de la competencia verbal; empleando operaciones mentales como comprensión, análisis, interpretación, producción, comparación, creación, entre otras. Así pues, las competencias comunicativas del discurso escrito pretenden desarrollar la capacidad de organización e interpretación de un producto coherente y cohesionado, con intención comunicativa, elementos lingüísticos y en donde se suscitan y premian los conocimientos, habilidades y capacidades del individuo competente.

Es imperativo y clave el desarrollo de la competencia comunicativa lingüística en el sujeto social y activo de su conocimiento, debido a que sin esta competencia no es posible el desarrollo de las otras. El individuo rehace y representa su competencia lingüística a través de intercambios con los demás, en el debate y argumentación que le ayuda a conocer otras ideas, opiniones y mundos posibles. Un sujeto que, apenas interpreta lo que oye, habla incoherentemente o sin pertinencia, casi no lee o lo hace con suma dificultad y escribe de manera defectuosa, tendrá dificultad en casi todos los ámbitos de su vida personal, laboral y social (Reyzábal, V. 2012)

En el campo laboral es muy frecuente que se manifieste la dificultad que presentan los profesionales al producir textos escritos y a su vez, su carente competencia lingüística, lo cual genera impedimentos al ejercer sus funciones laborales. En cuanto al contexto educativo, se reflejan las dificultades de los docentes que no desarrollan sus competencias de producción textual, por ejemplo, la deficiente consolidación de estratégicas pedagógicas, la pérdida de credibilidad en el ejercicio pedagógico, la baja calidad en sus aportes intelectuales y la falta de claridad en las instrucciones dadas para el desarrollo de actividades, entre otras.

En suma, el propósito del presente trabajo busca minimizar o dar respuesta a la problemática que presenta en el campo laboral general y educativo en la apropiación de la competencia comunicativa del discurso escrito mediante el análisis y la observación de los procesos de comprensión y producción de textos  en el cual se presentaran algunas estrategias dirigidas tanto a quienes se están formando como profesionales del ámbito educativo y a quienes ejercen la profesión docente como a otros profesionales diferentes al campo de la educación.

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